vivir en lo oblicuo

"Como si se tratara de algo casual, el aumento de
confort en nuestras ciudades y hogares ha venido
acompañado de una restricción del espacio que
corresponde a cada uno; como si se tratara de algo
casual, la consiguiente proliferación tecnológica
(tuberías, recubrimientos, aire acondiconado) ha
enmascarado la verdadera estructura arquitectónica,
usurpándole la apariencia y transformando la estética
surgida de una realidad estructural en camuflaje
decorativo (falsos techos, tabiques dobles, etc.).
El infatigable empeño de la civilización por obtener
el confort comporta un derroche de medios y exalta
las ideologías estancas de la higiene, la técnica
y la economía en detrimento de las verdaderas preo-
cupaciones del hombre. Las yuxtapone y las suma,
para conseguir un nirvana lo más neutro posible.
Regreso angustiado la capullo, a la matriz prefabri-
cada; el empeño por el confort matiene el entorno
vital a un nivel elemental de abrigo y protección.
Sin embargo, hoy sabemos que esta neutralidad,
este vacío, esta ausencia, esta no agresión perma-
nente y voluntaria constituyen el cuadro clínico
idóneo para desarrollar una enfermedad mental.
Contrariamente, para sobrevivir,el hombre necesita
que el lugar en que vive lo impulse a la acción, ser
DINAMIZADO por la influencia del entorno. Es necesa-
rio establecer vínculos con el lugar, relaciones psico-
lógicas como las que se establecen con un organismo
vivo. Es en este sentido que entendemos que el lugar
no debe dejar que el hombre se suma en la placidez,
sino todo lo contrario, formular preguntas, plantear
problemas, provocar, generar impulsos, inducirlo a vivir,
forzar el diálogo, proyectarlo hacia el no confort psicológico.


La función oblicua es la ARQUITECTURA DEL
ESFUERZO que despierta y cataliza al hombre;
se opone al confort que apacigua y que adormece,
que conduce a la mente a la muerte.

Un lugar para vivir se escuha, se mira, se toca; un
lugar para vivir se inviste, se toma al asalto como
antaño se hacía con las antiguas fortalezas.

..."

Claude Parent

Vivir en lo oblicuo GG mínima pg 33,34,35